Plaza Abate Molina de Talca: ¿Nueva Las Heras?
Los rumores se esparcieron rápidamente entre los vecinos de Talca. La Curtiembre, un emblema de la época dorada industrial de la ciudad, supuestamente se había vendido y en su lugar se construiría una clínica. Esta noticia generó expectativas entre los residentes, quienes veían en esta posible transformación una oportunidad para vender sus casas a buen precio y revitalizar una plaza que parecía olvidada en un tranquilo barrio.
Sin embargo, el proyecto de construcción de la clínica nunca se concretó, dejando en duda si esta situación fue para mejor o no. La incertidumbre sobre el futuro de la Plaza Abate Molina, que albergaba la Curtiembre, persiste en la comunidad.
Esta plaza, a diferencia de otras en la ciudad, destaca por su forma no convencional y su ambiente acogedor. Con árboles, bancas antiguas pintadas de verde, una cancha de baby fútbol poco común y espacios para ejercicios y juegos infantiles, la Plaza Abate Molina es considerada una joya escondida en Talca.
A pesar de estar eclipsada por plazas más conocidas como la Plaza de Armas o la Plaza Arturo Prat, la Abate Molina conserva un encanto especial. Rodeada por calles adoquinadas y con un comercio moderado que evita el exceso de tráfico vehicular, esta plaza representa un remanso de tranquilidad en medio del bullicio urbano.
La posibilidad de que la clínica se hubiera construido habría significado un cambio radical para la plaza y su entorno. El aumento de población, tráfico y actividad comercial habría transformado su carácter tradicional en uno más moderno y dinámico, similar a lo ocurrido con la Plaza Las Heras tras el terremoto del 2010.
Ante esta situación, surge el debate sobre si la permanencia de la Plaza Abate Molina en su estado actual es preferible a una posible renovación impulsada por la construcción de la clínica. Algunos consideran que su carácter tranquilo y subvalorado le otorga un encanto único que podría perderse con cambios drásticos.
En medio de estas reflexiones, los recuerdos de los residentes como Patricio Silva cobran relevancia. Él recuerda con nostalgia los tiempos pasados en la plaza y cómo ha cambiado el barrio a lo largo de los años. La presencia histórica de la Curtiembre como centro de actividad industrial también añade un matiz especial a las memorias colectivas del lugar.
En definitiva, la incertidumbre sobre el futuro de la Plaza Abate Molina persiste entre los vecinos de Talca. ¿Será mejor mantenerla en su estado actual o estaría destinada a una transformación inevitable? Solo el tiempo dirá cuál será el destino final de esta joya escondida en el corazón del barrio.
Fuente: Diario Talca Crónica
