La instalación de una chanchería de gran envergadura en la comuna de Sagrada Familia ha provocado un amplio rechazo tanto a nivel ciudadano como político. El diputado Alexis Sepúlveda, junto a dirigentes locales y exautoridades comunales, denunció que el proyecto fue aprobado desde el nivel central sin un Estudio de Impacto Ambiental, a pesar de haber sido rechazado por las autoridades regionales.El parlamentario advirtió que el proyecto afectará directamente a las comunas de Sagrada Familia, Curepto y Hualañé, especialmente en sectores como Villa Prat, Los Quillayes, Huaquén y La Huerta.“Este tipo de iniciativas debería pasar por un Estudio de Impacto Ambiental, no una simple declaración. Aquí hay efectos directos sobre la calidad de vida de los vecinos, sobre el tránsito, los residuos, y también sobre la exportación de nuestros productos agrícolas”, sostuvo Sepúlveda.Por su parte, el exconcejal Germán Reyes indicó que el proyecto no representa ningún beneficio para la comunidad e hizo un llamado a organizarse para rechazarlo:“Esto afecta a toda la comuna. Se trata de olores, de partículas que pueden contaminar los frutos. Hablemos claro: estamos hablando de olor a caca de cerdo”.El dirigente Guillermo Morales desestimó el argumento de la generación de empleo, señalando que la chanchería ofrecería solo 20 puestos de trabajo, mientras que en el valle de Los Quillayes se emplean más de 3.000 personas en época de cosecha.Desde un enfoque técnico, el encargado del programa de Medio Ambiente, Jorge Cañete, explicó que el proyecto no ha cumplido con condiciones ambientales clave, como los permisos sectoriales 150, 160 y 148.“Este proyecto debería haber ingresado como Estudio de Impacto Ambiental. Creemos que su magnitud ha sido subestimada intencionalmente”, concluyó.El rechazo al proyecto continúa creciendo entre las comunidades rurales y sus autoridades, quienes exigen respeto por las decisiones regionales y una evaluación ambiental rigurosa.
La instalación de una chanchería de gran envergadura en la comuna de Sagrada Familia ha provocado un amplio rechazo tanto a nivel ciudadano como político. El diputado Alexis Sepúlveda, junto a dirigentes locales y exautoridades comunales, denunció que el proyecto fue aprobado desde el nivel central sin un Estudio de Impacto Ambiental, a pesar de haber sido rechazado por las autoridades regionales.El parlamentario advirtió que el proyecto afectará directamente a las comunas de Sagrada Familia, Curepto y Hualañé, especialmente en sectores como Villa Prat, Los Quillayes, Huaquén y La Huerta.“Este tipo de iniciativas debería pasar por un Estudio de Impacto Ambiental, no una simple declaración. Aquí hay efectos directos sobre la calidad de vida de los vecinos, sobre el tránsito, los residuos, y también sobre la exportación de nuestros productos agrícolas”, sostuvo Sepúlveda.Por su parte, el exconcejal Germán Reyes indicó que el proyecto no representa ningún beneficio para la comunidad e hizo un llamado a organizarse para rechazarlo:“Esto afecta a toda la comuna. Se trata de olores, de partículas que pueden contaminar los frutos. Hablemos claro: estamos hablando de olor a caca de cerdo”.El dirigente Guillermo Morales desestimó el argumento de la generación de empleo, señalando que la chanchería ofrecería solo 20 puestos de trabajo, mientras que en el valle de Los Quillayes se emplean más de 3.000 personas en época de cosecha.Desde un enfoque técnico, el encargado del programa de Medio Ambiente, Jorge Cañete, explicó que el proyecto no ha cumplido con condiciones ambientales clave, como los permisos sectoriales 150, 160 y 148.“Este proyecto debería haber ingresado como Estudio de Impacto Ambiental. Creemos que su magnitud ha sido subestimada intencionalmente”, concluyó.El rechazo al proyecto continúa creciendo entre las comunidades rurales y sus autoridades, quienes exigen respeto por las decisiones regionales y una evaluación ambiental rigurosa.